Las cosas van mal en mi restaurante ¿qué hago?
Todos pasamos por malos momentos cuando se emprende en el sector de restaurantes.
Son momentos que nos hacen sentir muy mal, nos sentimos frustrados, tristes, con ganas de “tirar la toalla” y definitivamente llegamos a pensar hasta en cerrar el restaurante.
Este artículo te será de mucha utilidad si estás pasando un mal momento con tu restaurante…
Esta es una situación común, no solo en el sector restaurantero, es común en todos los sectores en los que puedas emprender. Es un asunto complicado pero hay formas de tratar con estas situaciones, la clave está en encontrar la forma de salir adelante y continuar con tu proyecto en lugar de cerrar las puertas.
Probablemente te sientas identificado con alguna de las siguientes situaciones o preguntas:
- – Las ventas de tu restaurante han bajado.
- – Invierto más dinero del que gano en mi restaurante.
- – Las ganancias de tu restaurante son muy bajas en relación al esfuerzo que realizas.
- – ¿Cómo puedo aumentar las ganancias de mi restaurante?
- – Me siento frustrado porque a mi restaurante le va mal.
- – ¿Debo cerrar mi restaurante y dedicarme a otra cosa?
- – ¿Es posible aumentar las ganancias de mi restaurante con tantos competidores?
- – ¿Puede un restaurante pequeño competir con otros grandes?
Estas son solo alguna de las situaciones y preguntas más comunes que solemos hacernos cuando las cosas van mal, yo mismo las viví unos años atrás cuando me fue mal con mi primer restaurante. Ahora, varios años después siendo dueño de más de 10 restaurantes, socio fundador de unos cuantos más y teniendo más ganancias de las que algún día creí posible, me siento con toda la propiedad y experiencia para poder orientarte ante tan desagradable experiencia que se vive cuando las cosas no van bien.
Lo primero, aunque no lo parezca está en la mente. Ante los problemas es común que la motivación se pierda y suele ser el miedo el que se apodera de nosotros, suplantando toda la emoción y entusiasmo que teníamos cuando comenzamos con el restaurante. Por esa razón es absolutamente necesario tener control sobre la mente y no dejar que los problemas nos nublen los pensamientos.
Hay que tener una actitud motivada cuando nuestro restaurante entra en crisis. ¿Realmente eso es posible? por supuesto que sí. Crisis no debe representar miedo o frustración en nosotros… debe representar oportunidades.
Un momento de problemas es el mejor para ejecutar cambios drásticos que permitan que las cosas mejoren.
Un ejemplo personal
Hace unos años, abrí un restaurante que durante los primeros dos años de vida no pasaba de la etapa de cubrir sus costos, es decir, las ganancias eran bastante bajas, no perdía, pero ganaba muy poco. Para que te quede claro de lo que hablo, te invito a leer un artículo en el que brindó detalles relacionados y comparto una estrategia para no tener pérdidas en los inicios: Ganar dinero con un restaurante que comienza.
Con ese tiempo en el mercado, se había dado una especie de estancamiento arriesgado, pues no perdíamos dinero pero ganábamos tan poco que cualquier cambio externo podría generar problemas. Por cambio externo, me refiero a un posible cambio de precio de los insumos, incremento en el costo del alquiler del local, incremento de impuestos, etc.
El estrés era bastante alto, no dormía bien pensando que cualquier día podría enfrentarme a un problema externo que pudiera afectar al negocio, así que tome cartas en el asunto y decidí aprovechar ese momento de crisis para casi reinventar el negocio.
Esto fue lo que hicimos:
- – Cambiamos totalmente el menú incluyendo una mayor variedad de platillos así logramos incrementar el número de clientes potenciales.
- – Ejecutamos acciones para atraer clientes, debía tratarse de acciones baratas y así fue. (una de esas estrategias es la descrita en este artículo: Estrategia para hacer que los clientes continúen visitando tu restaurante).
- – Ejecutamos acciones enfocadas en atraer a los clientes potenciales que estaban más cerca: empleados de empresas cercanas, familias que vivían a una o dos calles, etc.
- – Invertimos unos $200 dólares americanos en preparar comida que regalamos. Así de directa fue nuestra acción. Regalamos algunos de nuestros nuevos platillos a los trabajadores de la zona y a las personas que viven cerca. Ellos pudieron darse cuenta de nuestras novedades de la forma más descarada que un empresario puede implementar: haciendo que los prueben de forma casi obligada. Llegamos a las 11:30 am a los negocios con nuestro arsenal de platillos gratuitos y llegamos a las 6:30 pm a las casas.
Nada de eso estaba planeado para ser ejecutado cuando comenzamos el restaurante, pero la situación crítica y de riesgo que estábamos viviendo nos obligó a implementarlas.
Los resultados
- – Logramos aumentar las ganancias del restaurante. Ganábamos entre 10 y 11 veces más.
- – Logramos que el mediodía fuera más rentable, pues muchos empleados de la zona almorzaban uno de nuestros platillos más baratos (que quede claro, que sea barato no significa que no sea rentable, curiosamente puedes tener platillos baratos que sean más rentables que otros más caros).
- – Por la noche recibíamos de 10 a 15 pedidos diarios nuevos, los cuales entregábamos a pie, pues se trataba de pedidos de vecinos, es decir, personas particulares que no tenían ganas de cocinar y se les antojaba comer algo rico pidiéndolo por teléfono al negocio más cercano, es decir, nosotros.
- – En lugar de cerrar el negocio, que fue una opción que naturalmente pasó por nuestra cabeza, logramos crecer. Todo gracias a que las cosas iban mal.
No lo dudes, a veces cerrar implica dejar ir una fascinante oportunidad para ti, tus socios o tu familia, por lo que antes de pensarlo, debes saber enfocarte en intentar resolver los problemas ejecutando las acciones que permitan cambiar ese mal momento poniendo todo tu esfuerzo en ello.
¡Funciona! a mi me funcionó y a ti también te puede funcionar.
Escrito por Jordi Eserski de RestauranteLleno.com, si el contenido te gustó, no dudes en suscribirte gratuitamente a nuestro boletín para recibir más contenidos.