Quiero compartirte esta experiencia porque se que te puede ser útil. 13 meses después de la llegada de un nuevo competidor, tuve que cerrar las puertas de un restaurante de sushi.
¿Por qué razón lo cerré?
Fue por varias… déjame darte un resumen:
El competidor era extremadamente grande y entró con una fuerza como si se tratase de Mike Tyson enojado, golpeando a todo el mundo.
Básicamente los restaurantes más pequeños nos veíamos bastante débiles al compararnos.
Imagínate algo así como una pelea de boxeo entre Mike Tyson y Goofy, el amigo de Mickey Mouse…
A pesar de eso, quienes me conocen saben que yo no cedería tan fácil, por lo que hice precisamente lo que te he recomendado en el artículo Cuando la llegada de un nuevo restaurante puede afectar tus ventas y puse a trabajar varios miles de dólares para tratar de contrarrestar el problema.
Los primeros 3 meses percibimos una reducción de ventas de aproximadamente un 30% por lo novedoso del suceso y posteriormente las cosas se estabilizaron y percibíamos ventas promedio de entre un 90% y 95% a lo que normalmente vendíamos antes de que Mike Tyson aterrizara…
Es decir, siempre estuvieron reducidas, pero ya solamente en un 10% y 5%…
Vamos, no pasaba nada, podíamos vivir con eso…
Nos manteníamos pendientes de todos los movimientos del competidor y eso nos permitía darle batalla, pues comenzamos a innovar justo como ellos lo hacían.
Copiábamos sus ideas interesantes y para que no pareciera que les copiábamos, les hacíamos modificaciones bastante estratégicas pero siempre tratábamos de apresurarnos para ir al mismo paso y como siempre fuimos un restaurante que solía implementar mejoras, a la gente no le parecía fuera de lo normal que estuviéramos implementando novedades en ese momento y si a eso le sumamos que otros competidores también le copiaban, pues parecían como movimientos comunes en el sector.
Yo estaba invirtiendo aproximadamente entre $3000 y $4000 dólares por mes en la batalla y pudimos darnos cuenta que ellos estaban invirtiendo alrededor de $12000 mensuales en marketing y estaban teniendo promedios de ventas bastante similares a los nuestros.
Ambos datos obtenidos gracias a la amistad de empleados actuales con ex-empleados que habían salido en buenos términos por razones de fuerza mayor y que más adelante por su experiencia, habían encontrado una oportunidad en el nuevo restaurante.
Pero una cantidad como $12000 dólares mensuales “te dice mucho”…
Es decir, al conocer cuánto estaban invirtiendo, te puedes hacer una idea de que la empresa contaba con bastante capital disponible, a pesar de que se trataba de un mercado relativamente pequeño si lo comparábamos con otros tipos de restaurantes.
Aunque financieramente teníamos la capacidad para inyectar más dinero al mes utilizando beneficios de otros restaurantes, no lo íbamos a hacer, porque conforme te haces más viejo, te vuelves más astuto y yo tenía claro que el mercado específico para ese restaurante, no era el mejor y una mayor inversión era demasiado arriesgada.
Con el paso del tiempo, esos $12000 mensuales estaban dando sus frutos.
Comenzaron a crecer y a obtener una buena cuota del mercado y poco a poco fuimos viendo como nuestras ventas mensuales bajaban mes a mes a un ritmo casi constante.
El restaurante estaba ubicado en un centro comercial bastante popular, en un área de restaurantes en donde sin importar que el centro comercial estuviera abierto nada más hasta eso de las 9pm, esa parte del mismo continuaba abierta hasta altas horas de la noche.
Para nuestra mala suerte, no estábamos equivocados, la empresa contaba con bastante capital porque el golpe de gracia llegó cuando dicho centro comercial abrió una nueva zona restaurantera mucho más amplia y mucho más atractiva en donde cada establecimiento tenía un costo de alquiler de $16,000 dólares.
El restaurante se movió a esa zona estratégica y se volvió mucho más atractivo para los amantes del sushi.
Pero el problema principal no era ese, sino que esa zona estratégica es una inversión millonaria del centro comercial y cuenta con publicidad permanente en los principales periódicos, en los canales de televisión más populares y en cientos de vallas publicitarias de las zonas más estratégicas, lo que ocasiona que se vuelva cada vez más popular y que cientos y cientos de personas lo frecuenten.
Vamos… te ahorro el trabajo, conduzco al panteón y me entierro yo mismo…
Decidí cerrar porque el riesgo era demasiado alto, estábamos a 2 meses de entrar en problemas financieros.
Ya no era factible continuar…
Y tenía razón, porque en los siguientes 8 meses, cerraron 3 competidores más y uno de ellos, quedó terriblemente endeudado y me enteré no porque fuera mi amigo, sino porque es el hijo de un amigo de la juventud de mi suegra.
Ahora bien…
¿Te has puesto a pensar alguna vez en esto?
No quiero parecer pesado, pero algunas personas cierran un restaurante y aunque se siente un golpe anímico, ubican a las personas en otro, no se pierden los empleos y no pasa nada, a veces se gana, a veces se pierde, así son los negocios.
Pero en tu caso ¿has evaluado la posibilidad de una situación de emergencia como esa?
Te recomiendo tomar acción desde ya, no esperes a que algo así pase para comenzar a actuar. Tienes que esforzarte y pensar que si tu restaurante es pequeño o mediano, corres un gran riesgo con la posible llegada de algún restaurante competidor que sea mucho más grande y que cuente con más recursos.
Trabaja día a día en mejorar…
Piensa que en cualquier momento se puede presentar una situación problemática que te hará salir de tu zona de confort y es mejor que te encuentres listo.
Como ya lo he mencionado, aunque la posibilidad de que un nuevo competidor se vea remota, tener esa actitud preventiva te aseguro que te podrá evitar muchos dolores de cabeza, muchas deudas y además, te ayudará a blindar tu negocio.
Porque aunque te prepares para una guerra que nunca sucederá, todo ese esfuerzo de igual manera te será útil.